Vestida de deseo,
perfumada de amor,
con la luna reposada sobre mi vientre,
dispuesta a regalarte esta noche
llegaré impetuosa hasta tus manos,
convertida en aliento,
como la pasión que brota ardiente,
desde el fondo de tu boca,
como una brasa que va quemando
lento. . . hasta convertirse en llamarada.
Tiemblo al solo imaginarme
tendida sobre tu pecho,
escribiéndote las letras del amor,
con los labios coronados de silencios
y las palabras adormecidas
sobre el arco de tu espalda.
Me he vestido de viento,
con el vaporoso traje de un suspiro,
para susurrar sobre tus hombros,
el abecedario completo de los besos
que harán nido entre tus labios.
El deseo ya camina sobre mi piel
para quemarla entre la hoguera de tu boca,
luego me vestiré como una mariposa,
para libar de tus labios
el pudor que perdí entre tus brazos.
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